La lluvia es uno de los fenómenos más interesantes
de la naturaleza. A diferencia de otros tantos fenómenos similares más
poderosos y destructivos, tales como
tornados o
huracanes,
ésta puede ser observada apaciblemente e incluso disfrutada dependiendo
de las condiciones específicas, aunque ocasionalmente también puede
causar un desastre natural, como
las inundaciones.
Pero quien alguna vez se haya detenido a mirar la
lluvia
por la ventana o haya disfrutado de caminar debajo de un aguacero
durante un caluroso verano, sabrá que la lluvia puede ser un fenómeno
muy agradable y placentero.
Quizás entonces alguna vez se hayan preguntado
cómo se forma la lluvia y eso es lo que vamos a ver ahora más detalladamente.
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La lluvia es un
fenómeno atmosférico que se inicia con la condensación del vapor de agua contenido en las
nubes. Su origen se debe a los cambios de presión o temperatura en la
atmósfera
y por la disponibilidad de agua en el medio. En concreto la lluvia
depende de tres factores: la presión, la temperatura y, especialmente,
la radiación solar.
La atmósfera siempre tiene un porcentaje de agua determinado en forma de vapor, cuanto mayor sea la
temperatura en la atmósfera, esta tiene mayor capacidad de evaporar. Esta
agua de lluvia puede condensarse y precipitar por distintas causas.
Si entra en contacto con un frente frío, cuando la atmósfera se
enfría es menos capaz de transportar vapor de agua y este se condensa y
llueve, pues el frío baja el grado de saturación. Colisionando con un
obstáculo natural.
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Cuando el agua del Pacífico colisiona con la
cordillera
de los Andes, se agolpa el vapor de agua con la cordillera y se
condensa por dos razones: porque aumenta la densidad del vapor de agua
en la atmósfera y porque la atmósfera entra en contacto con la
superficie fría del continente, que actúa como núcleo de concentración.
Las pequeñas partículas de polvo suspendidas en la atmósfera también
realizan la función de núcleos de concentración. En España a veces
llueve agua sucia de tierra que proviene del desierto del
Sahara y el agua se condensa cuando entra en contacto con ella.
En las últimas décadas se ha producido un fenómeno que causa
lluvias con mayor frecuencia por la noche cuando la radiación solar es menor.
Existen también otros fenómenos curiosos vinculados a la lluvia, como lo puede ser por ejemplo la
lluvia ácida, algo bastante perjudicial para el medio ambiente, o también otro más agradable como
el arco iris.